martes, 11 de noviembre de 2014

TOBARRA. NUESTRA SEÑORA DE LA ENCARNACIÓN


 
Tobarra tiene como patrona a la Virgen de la Encarnación, que se venera en su Santuario, junto al patrón de Tobarra el Santísimo Cristo de la Antigua; dicho santuario puede ser la Ermita de Santa María que citan las fuentes antiguas.

DEVOCIÓN.

Según el escrito de José Leandro Martínez Cardós – Ruíz, nos dice que el culto y devoción a la Encarnación fue instituido por los franciscanos, ya que a lo largo del siglo XVII, se fundaron en el reino de Murcia, diecinueve conventos de esta orden, incluido el de Tobarra.


Hasta el siglo XVII, se tuvo por patrona de la villa o uno de sus cuarteles a Santa Victoria. La tradición decía que había sido martirizada en el pueblo.


Sin embargo, en 1732, en el Capitulo provincial habido en el convento de Mula ya se habla de la Ermita de la Encarnación de Tobarra. Y Fray Agustín José Sevilla, ministro provincial de la provincia franciscana de Cartagena entre 1757 y 1760 que, acabado su provincialato, se quedó como morador de dicho Convento, hasta su muerte en 1770; menciona como patrona del pueblo a la Virgen de la Encarnación en 1769.

En Tobarra, la solución vino, en fecha indeterminada, con el asentamiento a favor del Convento de determinadas tierras, entre ellas la encomienda de la Iglesia -quizás derruida o en muy mal estado- de Santa María.

Sea como fuere, lo cierto es que la Iglesia fue remozada y de ella se cuidaron los observantes. En aquellos tiempos, la penetración de los franciscanos iba
además acompañada con la introducción de un culto ajeno a la zona: la Encarnación. Los casos de dedicaciones de templos a esta advocación por parte de los franciscanos son numerosos: Yeste, Mula, Jumilla; Cieza, Molinicos,...El por qué de la singular advocación no está esclarecido. Lo cierto es que la orden de los padres menores se afanó arduamente por extender el culto. Así lo atestigua la labor del franciscano Pedro Botía en la corte. En el caso de Tobarra, la ermita remozada bajo la encomienda del Convento quedó bajo la advocación y pasó a cobijar a la Virgen de la Encarnación. La nueva Virgen, precedida por un rimero de milagrosas intervenciones en otros lugares y ayudada por las nuevas modas estéticas de las figuras policromadas, se hizo muy atractiva para el pueblo y poco a poco desplazó a Santa Victoria.

La Virgen de la encarnación aparecerá como patrona del pueblo y protectora de la villa en 1769 hasta la actualidad.

 
IMAGEN.
Para empezar, habría que hablar de dicha advocación de María: en ella se la representa en el momento en que el arcángel Gabriel se aparece ante ella para anunciarle su próxima maternidad. La encarnación es el momento en el que el Verbo Divino toma carne humana en la persona de Jesús. Dicha narración aparece en el Evangelio de Lucas, así como algunos evangelios apócrifos, como el Protoevangelio de Santiago
.

El arcángel se representa de pie, o volando, a veces llevando un ramo de azucenas blancas, símbolo de virginidad, y María, rezando ante un libro.



Se cree que la talla o imagen de la Virgen de la Encarnación, no siempre fue así, al menos por el grabado de Juan Bautista Láriz (1768-1804) en el que aparece la Virgen de una forma totalmente diferente a como lo es en la actualidad: de vestir, y con el Niño Jesús en sus brazos. Y que dice en el lo siguiente:



"Verdadero Retrato de María de la Encarnación, que se venera en su propia Iglesia Parroquial Antigua en el Castillo de la muy noble Villa de Tobarra. Rezando una Salve se ganan 80 días de Indulgencias concedidos por los Ilustrísimos señores Obispos D. Juan Mateo y D. Fray Lucas Ramírez. Murcia año 1784".

Se cree y se piensa que dicha imagen podría haber sido destruida durante la invasión francesa, siendo reemplazada después de la invasión por una copia de la que el discípulo de Salzillo, Roque López esculpiera en 1798 para La Raya (Murcia), pedanía de la que también es patrona.

Imagen que a su vez se inspiraría en 
la Anunciación del Belén que Salzillo (junto con Roque López y otros miembros del taller) realizara para Jesualdo Riquelme y Fontes (1776-1800).


Del nuevo grupo conocemos su aspecto gracias a varias fotos, como la donada al Santuario por José Cifuentes Martínez y José Cifuentes Mollar:


En este grupo escultórico, María aparece de rodillas ante un libro abierto sobre un atril. Mira hacia abajo y cruza los brazos en actitud de aceptar su destino con sumisión. Frente a ella, Gabriel, con las alas desplegadas y volando sobre una nube, le señala el cielo con su mano derecha.

En su Catálogo Monumental de la Provincia de Albacete (1912), Rodrigo Amador de los Ríos cita "el paso de la Salutación del Ángel á María, grupo escultórico del siglo XVIII" y sus "lujosas andas", que más adelante, en una nota a pie de página se nos informa de estas que:

"En uno de los postes ó machones de la Ermita, y dentro de un marco, se hace constar que labró las andas del paso de la Salutación, el maestro Mariano Garrigós García (escultor y tallista murciano), quien cobró 4000 r.s por ellas en Mayo de 1880."


Así, si bien no conocemos quien fue el autor de la copia del grupo original de Roque López, ya tenemos el autor de las andas, el precio y la fecha de la realización de las mismas.


El grupo escultórico y trono fueron destruidos en 1936, tras la Guerra se realizan gestiones oportunas para traer la nueva imagen y trono en la que participaron José Ruiz Parras y Francisco Martínez García y que fue sufragada por los donativos que dio el pueblo de Tobarra, siendo una réplica de los anteriores a 1936, siendo el valenciano José Díes López, su escultor y llegando a Tobarra el dia 18 de abril de 1950.



TRONO.
El trono, de estilo neogótico, está formado por tres cuerpos de forma octogonal, siendo los lados de las esquinas más cortos. Sobre el cuerpo en el que se sitúan los varales se levanta otro mucho más pequeño, pero más alto, decorado con dos arcos apuntados en los frontales y uno solo en los lados menores. Debajo de cada uno de los arcos aparece un elemento de la simbología mariana: la torre, la palmera, el ciprés,...
El cuerpo superior, sobre el que se asientan las imágenes y la peana del atril, es más ancho que el anterior. Las esquinas tanto del inferior como del superior aparecen decoradas con chapiteles.

En el artículo "La práctica de la restauración" que publicó el dominical de la Tribuna aparecen descritos así los elementos empleados en su realización:


"El conjunto está realizado en madera de pino, con aparejo, policromía y estofadas sobre oro fino. La factura es de gran calidad, de facciones suaves y detalles decorativos muy cuidados.
El aparejo es una capa compuesta básicamente de sulfato de cal, y cola de conejo que se sitúa entre la madera y bajo la policromía o el dorado.
Una de las funciones de esta capa es retener la humedad, y hacer de puente-unión entre dos materiales distintos como son la madera y el oro, o el color. A partir del siglo XVIII es muy utilizada la técnica y el estofado, que consiste en dar un color sobre el oro bruñido y raer con la punta de un garfio formando diferentes líneas para que se descubra el oro y haga reflejos entre los colores con que se pintó. Crea un efecto de "bordado" ".


Con los años, tanto las imágenes y el trono acumulan repintes, se oxidan los barnices, hay faltas de tallas y oro, ennegrecen con el humo,... así que se procede a su restauración por la empresa Antícoli. La imagen desfiló ya restaurada en 1998.


FESTIVIDADES.
La fiesta de la Encarnación se celebra el 25 de marzo, en la que se organiza por parte de la hermandad de los patronos una hermosa eucaristía en su honor.

Por último tengo que comentar que Tobarra celebra sus fiestas patronales en honor a la Virgen de la Encarnación y el Cristo de la Antigua durante tres fines de semana del mes de mayo. El primer domingo se procede a bajar a los Patronos del Santuario a la Iglesia de la Asunción de Ntra. Sra. tras las tradicionales pujas; el segundo es la ofrenda de flores a la Virgen, y al sábado siguiente se procesiona a los Patronos por el pueblo para luego subirlos de nuevo a su morada.

Música de fondo: Marcha procesional Nuestra Señora de la Encarnación - Pedro Braña Martínez

sábado, 1 de noviembre de 2014

ALCARAZ. NUESTRA SEÑORA DE CORTES

Música de fondo: "LOS MAYOS".
 
 
 
IMAGEN DE NUESTRA SEÑORA DE CORTES, TALLA DE MADERA DEL SIGLO Xlll.
La historia de Nuestra Señora de Cortes.

Hace 8 siglos, el día 1 de Mayo de 1222, recoge la tradición que un pastor de nombre Francisco Álvarez, natural de la vecina aldea de Solanilla, pastaba con su rebaño de ovejas cuando éstas, después de un gran estruendo, se alborotaron y también con ellas los perros y demás animales. Francisco, como buen pastor, acudió con presteza a apacentarlas, siendo para él sobrecogedor lo que pudo ver. En una encina flotaba una nube de la que salía una luz brillante, y de ella unos relámpagos de luz que le hicieron caer en tierra, cegado. Mayor admiración le provocó oír la música celestial de los ángeles que escoltaban, en el tronco de la encina, a la Santísima Virgen María. El relato continúa  diciendo que cuando el pastor Francisco Álvarez se repuso del "susto" y la imagen de la Virgen María se dirigió a él diciendo: "Cobra esfuerzo y desecha el temor. Yo soy la Virgen María, Madre del Redentor del Mundo. Irás a Alcaraz y significarás cómo me he aparecido en esta encina, y que es mi voluntad que me edifiquen en este lugar un templo y casa de oración, donde mis devotos me ofrezcan sus votos y dones, y que este lugar sea tenido por santo, en el cual obrará Dios milagros y hará muchas misericordias con los que veneren y reverencien esta imagen mía, por haber estado oculta en el hueco de esta encina desde la pérdida de España". Después de estas palabras el pastor obedeció, y a la vez quedó curado de la manquedad que padecía de nacimiento, cosa que cuando llegó al pueblo y contó lo que había visto y oído de la Imagen de la Virgen María, se creyó en la veracidad de sus palabras, aunque no estuvo exento de burlas y incredulidad, ya que pensaban los habitantes de Alcaraz que era una estrategia bélica de los moriscos que aun andaban por la frontera. Algunos emisarios acudieron a ver lo ocurrido y verdaderamente allí se encontró la Sagrada Imagen. Volvieron con ella en romería a Alcaraz a la Iglesia de Santa María, y misteriosamente, como suele ocurrir en las leyendas de esta época, la imagen volvió al día siguiente al lugar donde apareció; desde entonces se empezó en ese mismo lugar la construcción de una ermita que es el origen del Santuario actual.
 
La talla
La imagen original de la Virgen de Cortes aún hoy se conserva y se cree, con toda probabilidad, que es la talla más antigua que se venera en la provincia de Albacete. Recientemente ha sido restaurada (2010), y gracias a esa restauración podemos ver que es una escultura románica, de los últimos años del siglo XII; pudo llegar a Alcaraz en los años previos a la conquista cristiana.
La imagen es de madera, de una sola pieza, con una altura de 97 cm y se encuentra encima de una peana. Es de tipo sedente y la Virgen lleva al Niño desplazado a la izquierda, no se perciben rasgos de comunicación entre ambos. Tiene un brazo mutilado, en el que probablemente sostendría una fruta, como la mayoría de las imágenes de este estilo.


Hoy en día no se muestra a los fieles tal y como es, sino que se nos presenta como una imagen de vestir, con lo indumentaria superpuesta a la talla de madera. Esto fue a causa de la corriente que surgió en el siglo XVI, periodo del barroco donde la mayoría de las Imágenes de la Virgen se vestían y recubrían de ornamentos y joyas; por este motivo y para una mejor estética, se le mutiló una mano y se añadió una peana para hacer la imagen más alta, junto con unas manos que no son las originales.
Lo que podemos observar hoy de la talla original, debido a la evolución iconografía, y a pesar de estar revestida con bonitos y ricos vestidos, ráfagas, rostrillo y corona, es la cara de la Virgen y la del Niño.

Tradición y culto
A lo largo de los siglos han sido muchas las personas que han visitado el Santuario de la Virgen María de Cortes; los más destacables son Alfonso X el Sabio y su suegro, también rey Jaime I de Aragón que en 1265 se reunieron en este lugar para delimitar los terrenos de la conquista, aquí celebraron cortes y, por este motivo, el lugar y la advocación de la Virgen tomaron el nombre de Cortes. Según cuenta la tradición, ambos monarcas son informados de la aparición de la Virgen y deciden dar unas compensaciones económicas para la mejora de la ermita existente y para construir una hospedería, dado el número de peregrinos que se acercaban por aquel entonces. También concedieron privilegios a los frailes trinitarios que regentaron la ermita por muchos años. Actualmente se encargan del Santuario las Hermanas Dominicas.
Son de destacar las visitas que en peregrinación como la de Santo Tomás de Villanueva, Isabel la Católica, Alfonso X el Sabio, Alfonso XI el Justiciero, San Juan de Ávila, Fray Fermín de Alcaraz obispo de Cuenca, Francisco de Quevedo, entre otros muchos personajes ilustres españoles de distintas épocas.

Imagen del interior del Santuario, al fondo el camarín de la Virgen.
 
Su solemne coronación tuvo lugar el 1 de Mayo de 1922, por manos del obispo auxiliar de Toledo, a cuya diócesis pertenecía la jurisdicción del Santuario por aquel entonces. Después sufrió otros avatares, como el de la Guerra Civil, que gracias a la Hermanas Franciscanas, que la escondieron en el sótano del convento, no sufrió daño alguno, a pesar de que algunos milicianos tenían orden de hacerle algún daño. No corrieron tanta suerte algunos de sus ornamentos.
Todos los años se cantan los típicos Mayos, tradición que se remonta en el pueblo de Alcaraz a varios siglos de antigüedad. Son los Mayos un elemento intrínseco del folklore alcaraceño: el día 30 de Abril se canta en la plaza mayor de Alcaraz donde hay una asistencia multitudinaria, el día 1 de Mayo se vuelven a entonar en el Santuario que dista del pueblo de Alcaraz a unos 6 km aproximadamente, después de una corta procesión con la Santa Imagen de Nuestra Señora de Cortes en la inmediaciones. El día grande de sus fiestas y que más raigambre tiene en la zona es el día 26 de Agosto, que se traslada en procesión acompañada de miles de fieles, desde el Santuario hasta la Iglesia de la Santísima Trinidad de Alcaraz. Durante el trayecto se le dan las típicas carreras y al llegar al casco antiguo del pueblo de Alcaraz, se encuentra allí con Jesús de los Faroles; ambas imágenes recorren juntas el camino hasta llegar a la iglesia, corriendo por la calle mayor del pueblo. Durante los 15 días en los que permanece en la iglesia, se le hace una novena y multitud de misas, teniendo lugar el día 8 de septiembre, día de su onomástica, el acto final de despedía del pueblo con la misa del alba.
Durante todo el año está abierto al culto el Santuario: los domingos sobre todo, cuando se congregan cientos de personas en la Santa Misa. Es costumbre ver muchas personas que vienen andando desde los pueblos cercanos como Povedilla, Viveros, Villapalacios e incluso desde la capital de la provincia, Albacete, que se encuentra a unos 90 Km.

sábado, 15 de febrero de 2014

LIÉTOR. NUESTRA SEÑORA DEL CARMEN.

El 11 de junio de 1679 el rey Carlos II firmaba la Provisión Real por la que se permitía el asentamiento de la Orden Carmelita en Liétor, villa perteneciente a una de las encomiendas de la Orden de Santiago. El 28 de noviembre del mismo año, los tres primeros monjes de la nueva fundación se reunían en la ya desaparecida Ermita de Nuestra Señora de la Concepción, iniciándose definitivamente la andadura de la comunidad carmelitana en Liétor (1).
Esta primitiva ermita, se constituiría como la primera y provisional iglesia de los frailes, hasta que en el año 1700, Francisco de San Joseph, maestro de obras de los Carmelitas Descalzos, diese por finalizada la construcción; primero de las nuevas dependencias conventuales propiamente dichas, y posteriormente de su nuevo templo, dedicado inicialmente a Nuestra Señora de la Concepción y a San Juan de la Cruz. Tal denominación quedaría pronto reducida solamente al místico carmelita (2).
Lo que en un principio fue una pequeña comunidad con escaso número de frailes, creció imparablemente, al igual que lo hizo su importancia como centro cultural, y religioso, especialmente durante los siglos XVIII y XIX. Buena muestra de ello sería la introducción de las devociones carmelitanas en la piedad de los habitantes de la población, tales como la del titular del convento, San Juan de la Cruz, Santa Teresa de Jesús y, especialmente, la de la patrona de la Orden: la Virgen del Carmen. Todas calaron rápidamente en la religiosidad popular. Tal creciente devoción mariana quedaría materializadas es su retablo mayor, según quedó plasmado en los inventarios del convento:

En el presbiterio estaba instalado el retablo de la Capilla mayor con seis columnas de talla y mesa de altar, todo dorado pintado y un nicho en el que se halla N.S. del Carmen con su Niño vestido de tela de seda con corona de Oja de lata, y una media luna para los pies de plata, y el niño adornado con varios juguetes de plata del peso de cuatro onzas pendientes de una cadenita también de plata… (3)

Como vemos, una imagen de Nuestra Señora del Carmen presidía el retablo mayor; lo hacía desde el año 1780, aunque suponemos que llegaría a Liétor ese mismo año o poco tiempo antes.
El historiador albaceteño García-Saúco dató la ejecución de esta imagen entre los años 1770 y 1788 (4), pudiendo acotar la fecha de su creación evidentemente hasta el año de su entronización en el retablo del presbiterio. En relación a su autoría, y creemos que muy acertadamente, el historiador antes referido la señaló como obra salida de la mano del escultor murciano Francisco Salzillo y Alcaraz, el cual concibió esta obra como una imagen de vestir, con cabeza, manos y Niño tallados en madera y policromados. La imagen, con una altura de 152 cm, se presenta al culto provista con el atuendo tradicional carmelita, saya y escapulario de color marrón y manto blanco. Además, fue provista de otras alhajas, como una media luna a los pies, y de otros elementos propios del momento, como ramilletes de flores colocados en las manos del Infante, lazos en el hábito, etcétera.
Francisco Salzillo centró su atención en las partes talladas de la imagen. La frondosa y castaña cabellera ondulada de María cae sobre sus hombros y espalda, dejando despajados la cabeza y el cuello. De bello rostro, y tez casi de porcelana, deja ver unos ocultos coloretes en sus mejillas, difuminados bajo una poco apropiada pátina lechosa, producto de desafortunadas intervenciones posteriores. A pesar de esto, Salzillo, que consiguió plasmar el rostro de una mujer adulta, serena y de mirada sencilla, no prestó menos atención a la hora de concebir la imagen del Niño Jesús, el cual posee un cuidado estudio anatómico. Salzillo plasmó un frágil cuerpo infantil, con graciosos pliegues en la barriga, las piernas y los ligeramente alzados brazos. Entre sus parcialmente amputados dedos, sustenta el escapulario carmelita, típico de la iconografía de esta advocación.
De los muchos inventarios conservados sobre los bienes del convento, también extraemos gran parte del rico ajuar con el que la Virgen contaba, y del cual aún guardamos algunas muestras, como coronas, cascabeleras de plata para el Niño, mantos y sayas de raso, damasco, tafetán, bordados, enaguas, escapularios y cetros... Serán algunos de los muchos ornatos de los que disponía y dispone en la actualidad la imagen.
Al no poder concretar el año exacto de su llegada a la villa, suponemos que si llegó antes de presidir el retablo mayor, ocuparía un lugar distinto ante los ojos de los leturarios. Posiblemente, la imagen de la Virgen del Carmen fue venerada primero y brevemente en la única capilla del lado del Evangelio de la iglesia conventual, la actualmente dedicada a la Samaritana, antiguamente de Nuestra Señora de los Dolores, y que según José Sánchez Ferrer y Francisco Navarro Petrel, estuvo presidida posiblemente por el barroco retablo que hoy alberga la imagen de Jesús Nazareno en la Parroquia de Santiago de la misma localidad (5).
En el año 1788 se colocó el bocaporte que en determinados periodos del año ocultaba la imagen de Nuestra Señora del Carmen, un lienzo de grandes dimensiones realizado por el pintor murciano Joaquín Campos (6).
Como vemos, el ornato en torno a la Virgen carmelitana crecía con los años, al igual que lo hacia su devoción entre los habitantes de Liétor, que aunque tenían como Patrona oficial a Nuestra Señora del Espino, venerada en la Parroquia de Santiago, desviaron parte de su piedad hacia esta nueva imagen mariana tan del gusto de la época, cuyo culto además contaba con el impulso de los monjes carmelitas. El apogeo de esta advocación mariana debió producirse desde el año de su llegada a Liétor, prolongándose hasta bien entrado el siglo XIX, tiempo suficiente para calar hondamente entre los habitantes de la zona.

En el año 1835, con la Desamortización de los bienes de la Iglesia, el Convento de San Juan de la Cruz queda clausurado y sus monjes abandonarán para siempre la localidad. A pesar de que gran parte de los retablos, imágenes, cuadros, e incluso el órgano, de la iglesia del Convento fueron llevados a la Parroquia de Santiago, la iglesia seguía considerándose como lugar de culto, pasando a tomar el nombre de Nuestra Señora del Carmen. Con todo esto, el descuido sobre el templo llevó a la venta de su retablo mayor, al que anteriormente nos referimos, en el año 1890, llevándose a la Iglesia de Santo Domingo de Murcia, donde desapareció en 1936.
La desaparición de los carmelitas en Liétor no generó efectos negativos en la devoción a la patrona de la Orden, que sigue creciendo con los años, continuándose el culto a esta advocación que terminó imponiéndose a la anteriormente referida del Espino, cuyos orígenes, según Navarro Pretel, los podemos encontrar probablemente en el primer cuarto del siglo XVII, alcanzando el patronazgo sobre Liétor en el año 1691.
Según la tradición, plasmada en el Pensil del Ave María de Villalba y Córcoles (7), la Virgen se apareció en un espino a Gil de Cantos, salvándolo del ataque de una culebra. En agradecimiento, Gil de Liétor, como sería conocido posteriormente, trajo desde el puerto de Alicante una imagen de alabastro que sería entronizada en el altar mayor de la Parroquia de Santiago, construyéndosele después una capilla, y en ella, ya en el siglo XVIII, un fantástico retablo barroco aún conservado.
Como ya indicamos, la devoción a la Virgen del Espino mermó a favor de la devoción a la Virgen del Carmen, lo que se materializó en la pérdida de la imagen de la antigua patrona en el siglo XIX, quedando el camarín huérfano de imagen mariana. Esto favoreció que, tras el cierre del convento y progresivo deterioro de la iglesia de éste, la imagen de la Virgen del Carmen fuese trasladada a la Parroquia de Santiago, y adaptado el bacaporte del camarín a su nuevo retablo del Espino. Hecho que no podemos dar por seguro hasta 1909, año en el que la Hermandad de Nuestra Señora del Carmen reclama el patronato oficial sobre Liétor de su Virgen titular, alegando el párroco la ausencia desde muchos años atrás de una imagen de la patrona oficial.

En 1950, el Ayuntamiento de la localidad encarga al escultor alicantino José Sánchez Lozano una nueva imagen de Nuestra Señora del Espino, que presidirá de nuevo el retablo al que da nombre en la Parroquia de Santiago, acotándose la presencia de la Virgen del Carmen en el templo solo los días de su novenario y festividad en el mes de julio, costumbre que actualmente ha desaparecido, centrándose su culto solo en la iglesia del convento.
En relación a sus cultos, populosas fueron las procesiones de la Virgen del Carmen por las abigarradas calles de Liétor, acompañada por las imágenes de Santa Teresa de Jesús y de San Juan de la Cruz. Perfecta muestra de la religiosidad propia del siglo XVIII que, desgraciadamente y en la actualidad, se perdió, para que cada 16 de julio la única protagonista del cortejo sea la imagen de la Virgen.
En nuestros días, el ruinoso convento letuario sigue asomándose gallardo a la vega del río Mundo, y constituye uno de los símbolos de la población albaceteña, perfecto ejemplo de la simbiosis entre arte y naturaleza. Vetusto es Liétor, y entre sus muros de cal y canto, ladrillo y piedra, guarda una pequeña joya, que urge de una pronta y correcta restauración, que desde estas líneas reivindicamos, la cual devolvería el esplendor y la belleza original que Francisco Salzillo plasmó sobre la madera con la gubia y el pincel.
AUTOR DE LOS DATOS HISTORICOS: Francisco Javier Donate Córcoles. Licenciado en Historia del Arte y Humanidades por la Universidad de Castilla - La Mancha.

martes, 21 de enero de 2014

HELLIN. NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO

Musica de fondo: "HIMNO DE HELLIN"




Características de la Virgen y el Niño

La talla que actualmente se venera no es la original, puesto que la antigua imagen, que era de vestir, se perdió durante la Guerra Civil de 1936-39, encargándose una nueva al escultor Fernández-Andes. La decisión del encargo se tomó tras la reunión llevada a cabo en la sacristía de la Parroquia de la Asunción y a la que asistieron: el párroco Don Alfonso Sainz del Olmo , la corporación municipal y los señores Don Juan Martínez y el abogado Don Antonio Millán quienes conocían personalmente al escultor. La talla del grupo data de 1939 y se llevó a cabo para reemplazar a la primitiva Imagen . J. F. Avellaneda en la revista "Fotos" del 11 de junio de 1955 dice: "La imagen fue destruida y profanada en la pasada guerra de liberación por el mes de marzo de 1937.
En aquellos días llegó a Hellín la llamada 106 Brigada Mixta. Aquellos hombres envenenados y ansiosos de destrucción exigieron a las autoridades locales las llaves de los templos (todavía intactos) para utilizarlos como cuarteles. Esta fue la excusa para destruir las imágenes y cuanto se encerraba en ellos. También fue destruida la venerada y vetusta imagen de la Señora, quedando por permisión divina la imagen del Niño Jesús, que una viejecita conservó con cariño y emoción, y que es la misma que la nueva imagen obstenta en su brazo.
La antigua imagen de unos 130 centímetros, aparecí de pie, el santo rosario en su mano derecha, que descansab sobre la cintura y en su brazo izquierdo sostenía al Niño Jesús sujetándolo con la mano en ademán de estrecharlo contra pecho". Tanto la imagen de la Virgen como la del Niño actuales son tallas de bulto redondo y de cuerpo entero en madera policromada. La Virgen lleva un vestido tratado mediante la técnica de "estofado", en colores rojo y azul sobre fondo de "pan de oro". Esta técnica consiste en raspar el color aplicado encima de la superficie dorada, haciendo dibujos, de modo que aparezca el oro, es una especie de "esgrafiado" sobre oro; el esgrafiado es trabajado en una superficie enlucida levantando su primera capa de acuerdo con un dibujo previo, de modo que se consiga la presencia de dos colores o tonos ( el del fondo, que no se levanta, y el de la primera capa, en los lugares en que no se ha esgrafiado).
 
A veces, las capas de enlucido son varias para conseguir policromía. Otra técnica empleada en la realización del grupo escultórico es la de "paños mojados", que permiten apreciar el magnífico tratamiento anatómico que ha ejecutado su autor. La Imagen actual mide 120 centímetros de altura, presenta la cabeza ligeramente inclinada hacia la izquierda, la mirada baja, reflexiva, con los ojos castaño oscuros y muy grandes que no miran ni se posan en un lugar concreto, parece estar en un momento de recogimiento, a solas con su propio pensamiento. La nariz es pequeña, recta y afilada, la boca entreabierta con los labios finos, rasgos de niña en un rostro ovalado. La mano derecha extendida con la palma hacia afuera, con el pulgar libre y en los otros cuatro dedos sujeta el rosario, la mano izquierda sostiene al Niño y queda por debajo del vestido, por tanto no se ve. Por el contrario el rostro del Niño muestra una expresión de inocente sonrisa. Del grupo primitivo sólo pudo conservarse la escultura del Niño, que coincide con el actual. La señora que rescató la imagen del Niño fue Doña Juana Precioso Martínez. A continuación reproducimos el relato de los hechos que nos lo ha facilitado su bisnieto Don Antonio Pérez Martínez: "Durante la Guerra Civil, pasaban los milicianos con la anterior Imagen de nuestra Patrona llevándola sobre un carro a quemarla al convento de las clarisas, al llegar a la Calle Salvador, donde había una puerta que daba a la iglesia del convento, se hallaba una viejecita con su rosario en las mano y reconoció a la Imagen y al Niño. Se dirigió a uno de aquellos hombres y l dijo: ¿me podéis dar ese muñeco para que jueguen mis nietas?, éste lo consultó con el compañero y decidieron dárselo.

 Fue fácil desprender al Niño de la Virgen, ya que la antigua Imagen era de vestir. Una vez el Niño en sus brazos, Juana se lo llevó a su casa en la misma calle Salvador nº 25, muy cerca de la puerta donde estaban las imágenes para el brutal siniestro, detrás de Las Claras, hoy Casa de la Cultura. Juana se lo enseñó a su hija Encarnación, lo liaron en retales de tela, ya que su hija y su nietas eran modistas, y lo guardaron en el último cajón d la cómoda de la sala donde solían coser. Esta informació se debe a las tres nietas de Juana: Angelita, Asunción Encarnación Pérez Oliva. Al finalizar la Guerra y estando el escultor Fernández Andes tallando en Madrid la Nueva Imagen, Encarnació puso en conocimiento a los responsables de la Cofradía d Rosario que ella tenía el Niño. Don Antonio Millán (herma mayor de la Cofradía) recogió al Niño y comprobó que e el que llevaba la antigua Patrona. Inmediatamente salió hac Madrid y lo entregó al escultor, que lo puso en brazos de nueva Imagen. La valentía y devoción que demostró Juana en esto trágicos momentos fue muy importante para la Coronació Canónica de la Virgen del Rosario. La religiosidad demostra por Doña Juana se ha transmitido a sus descendientes, qu son grandes devotos de la Virgen del Rosario". La conservación "milagrosa" del Niño fue decisiva para que el Vaticano accediera a la Coronación ya que se pudo comprobar que la talla era de gran valor y la antigüedad del culto a la Imagen quedaba atestiguada. Como nota curiosa, destacamos que el Niño vestido de mantillas no enseña su pie derecho, que normalmente aparece descalzo y el izquierdo doblado bajo el vestido. El pie descalzo muestra una actitud juguetona cuando lo apoya en el vientre de Su Madre. La mano derecha del Niño está sobre el pecho materno. Estos gestos y esta interrelación Madre-Hijo nos presentan la dimensión humana y maternal en la actitud del grupo escultórico tan contrapuesta a la rigidez y a la sacralidad de otras imágenes. Nuestra Virgen y nuestro Niño, son humanos y muy cercanos a nosotros.

Símbolos que la acompañan

Los símbolos que suelen acompañar a las representaciones plásticas marianas son invocaciones de la letanía (puerta del cielo, estrella matutina, mansión dorada, etc.) y ángeles o cabezas de estos entre nubes. Concretamente, Nuestra Virgen del Rosario aparece representada sobre una nube sostenida por dos ángeles de cuerpo entero, la nube, a su vez, envuelve dos cabezas de ángeles. El pedestal fue diseñado también por el escultor Fernández-Andes en 1947 "realizado a expensas de su camarera Doña Remedios Marín Rodríguez de Vera", según la inscripción que figura en el paramento del pedestal. El trono fue diseñado por el mismo escultor en 1948 .
Colgado de la nube hay un rosario, de nácar, de gran tamaño, que los fieles besan en su visita al Camarín. Otro de los símbolos que acompañan a La Imagen es la media luna, que reposa bajo sus pies. La media luna aparece citada en El Apocalipsis de San Juan, Ap 12, 1-2 "La mujer y el Dragón" y dice así: "Una gran señal apareció en el cielo: una mujer vestida de sol, con la luna bajo sus pies y una corona de doce estrellas sobre su cabeza..."

Advocación de la Imagen

En 1716, el Papa Clemente XI extendió la festividad de la Virgen del Rosario a la Iglesia universal, conservando la fecha del primer domingo de octubre, que fue desplazada en 1931 al día histórico del 7 de octubre. Nuestra Señora del Rosario ha sido siempre considerada como Patrona, pero el título no le fue concedido oficialmente por el obispo de Cartagena hasta 1907. Este hecho queda ratificado en 1955, cuando se realizó la coronación canónica de la Imagen por el Arzobispo de Valencia Doctor Marcelino Olaechea Loizaga, que procedió a coronar a la Virgen.
El nombramiento oficial de Alcaldesa tuvo lugar en 1947 como resultado de un acuerdo de la Corporación Municipal. Antiguamente se celebraban tres desfiles procesionales coincidiendo en las siguientes fechas: el dos de febrero fiesta de la Candelaria, el ocho de septiembre conmemoración de la Natividad y la primera semana de octubre con motivo de las fiestas patronales. En la fiesta de la Candelaria, la Imagen salía por la puerta del arco de la parroquia de la Asunción y el recorrido era muy corto, bajaba por la Cuesta de la Cárcel, continuaba por Cassola hasta la Plaza de la Iglesia, momento en el que entraba por la puerta principal. Ya en los estatutos de 1737 se hacía mención a la procesión de la Candelaria. En los años 60 desaparecen las procesiones de la Candelaria y la Natividad, conservándose la de octubre y a partir de 1955 la de mayo, para conmemorar cada año la Coronación. Actualmente las fiestas se celebran en su honor durante la primera semana de octubre enmarcadas en la Feria del Rosario. También se celebra una ofrenda floral cada 30 de mayo, coincidiendo con del aniversario de Su Coronación.

Mas informacion en COFRADIA NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO


Himno Oficial de la Coronación de Ntra. Sra. del Rosario de Hellín

Madre mía del Rosario
Misterio de Redención,
quisiera mi corazón
ser brasa de tu incensario.
O sentir como florece
En un divino alborozo,
Misterio de Gloria y gozo
el rosal que no perece.

Claro
Faro
Asentado en la colina
que ilumina
y le ofrece dulce amparo
a quien hacia Ti camina.
Virgen que es Rica diadema
de un pueblo hincado a tus pies.
Pues me miras y me ves
nada puede haber que tema.

Cielo sobre humano todo.
Bajo tu clara mirada,
lo que me amenaza es nada;
lo que de Ti espero es todo

Alta
Torre
sombra que la sombra borre
de mi falta.
Remedio que me socorre
cuando la angustia me asalta.
Madre mía del Rosario,
misterio de redención,
hoy quiere mi corazón
seer brasa de tu incensario.

(Letra de Mariano Tomás)




jueves, 2 de enero de 2014

CHINCHILLA DE MONTEARAGÓN. NUESTRA SEÑORA DE LAS NIEVES.



Historia y devoción en torno a la Virgen de las Nieves:
En todas las leyendas referidas a la Virgen de las Nieves, hay un clima de recelo hacia Albacete, cuyo origen está en las numerosas disputas que se producen  a lo largo de los siglos-que llegan hasta casi  mediados  del siglo XIX-por problemas de jurisdicción territorial.
Chinchilla no vio de buen grado el desarrollo de su antigua aldea, Albacete y máxime cuando el término municipal de la ciudad se veía repetidamente recortado a favor del de Albacete.
Es muy probable que la pequeña imagen estuviese en un principio en la ermita de San Pedro y que a la sombra de éste surgiera su posterior devoción.
Según se relata en el pensil del Ave María de 1730, de Villalba y Córcoles, parece que la imagen estaba en la fachada de dicha ermita y que su devoción debió de comenzar hacia 1653.
El culto a la Virgen de las Nieves culminará a mediados del siglo
Con la construcción de una nueva ermita, levantada junto a la primera.
En 1764 los chinchillanos quisieron trasladar a su patrona (que
Entonces se encontraba en la parroquia de Chinchilla, quizá desde 1750), lo que produjo enfrentamientos y problemas entre Chinchilla y Albacete.
Felipe II en 1568 otorgó a Albacete una porción del término de Chinchilla quedando dentro de esta porción la ermita pero conservando Chinchilla “el uso, posesión y propiedad de dicha ermita y sitio”.
Es decir los chinchillanos tenían que entrar en el término  de Albacete para poder llegar a su ermita.
Hasta 1737 el corregidor de Chinchilla también lo era de Albacete  y los problemas se suavizaron.
Albacete comenzó a reclamar el ejercicio de jurisdicción en el lugar de la ermita.
El conflicto llegó a tal extremo que la Virgen de las Nieves no pudo ser trasladada a su nueva ermita.
Se tienen noticias de traslados de la Virgen desde su ermita a la parroquia, como recurso para remedio de sus necesidades.
Especialmente se hacían rogativas para pedir la lluvia sobre los campos y las buenas y abundantes cosechas.
Los traslados se hacían desde primeros de mayo y se devolvía a su ermita a finales de septiembre.
Esto no impedía que en caso grave –heladas, sequias y epidemias- se llevara en otras épocas del año.
Extraído de “SANTUARIOS MARIANOS DE CASTILLA-LA MANCHA, María en los pueblos de España.” Encuentro ediciones.

La bibliografía sobre la virgen de las nieves de Chinchilla es bastante escueta, sin embargo podemos fiarnos de su calidad tanto por los autores diversos que han tratado de dar a conocer a esta Virgen y esta devoción, como por la cantidad de datos reflejados por las susodichas  publicaciones.
En parte trabajo, en parte devoción personal, resumen en la brevedad de unas páginas la historia y raíces de Chinchilla a la vez que con ellas se reviven momentos perdidos en la nebulosa del tiempo.
Eso es historia, y además de la mejor.
LIBROS:
–Santuarios marianos de castilla-la Mancha
   María en los pueblos de España
    Ediciones encuentro.
    1995.
–Ave María
   Advocaciones Marianas en la provincia de Albacete.
   Francisco Javier Avilés.
   2010.
–La celebración de la soldadesca en Chinchilla de  Montearagón.
   Placida V. Ballesteros Campos y
   Joaquín Molina  Cantos
   1998.
–La Virgen de las Nieves de Chinchilla y su ermita de San Pedro de Matilla en los Llanos de Albacete.
Alfonso Santamaría Conde y
Luis G. García-Saúco  Beléndez
Instituto de Estudios Albacetenses.
1979.
–Iglesia de Santa María del Salvador de Chinchilla.
Alfonso Santamaría Conde y
Luis G. García-Saúco  Beléndez
Instituto de Estudios Albacetenses.
1981.
–  Iglesia arciprestal Santa María del Salvador
Guía explicativa de visita
Manuel Alcázar Ortega.
2001.
Chinchilla, su encanto y su duende.
  Placida V. Ballesteros Campos y
   Joaquín Molina  Cantos
     2000
NUESTRA SEÑORA DE LAS NIEVES
IMAGEN
La imagen de la Virgen de las Nieves de Chinchilla, llama la atención por su estatura.
Solo mide 25cm de altura. Está labrada en alabastro, y la policromía que antiguamente tuvo ha desparecido, salvo en los bordes del manto, en que aún se aprecia un color verdoso, así como algunas flores de lis en la túnica.
Datada a mediados de del siglo XV, hace que contemplemos una imagen gótica.
En palabras de Villalba y Córcoles en su pensil del Ave María de 1730 nos dice:
“Tanto la madre como el hijo son una perla tan preciosa que excede a los más ricos tesoros del mundo”.

HISTORIA Y DEVOCIÓN
En un principio esta imagen estaba en la ermita de San Pedro de Matilla (primer patrón de la ciudad) en la dehesa de Los Llanos. Todo comenzó en 1600 cuando el corregidor de la ciudad de Chinchilla, don Alonso Valdés, pidió la traída de San Pedro para pedir buenas cosechas pero se encontró con que el retablo de dicha ermita lo presidía la pequeña imagen de María. Movido por un impulso interior mandó el corregidor que junto con San Pedro viniese también la Virgen. Causó tal simpatía esta pequeña imagen que a partir de ahí, “la chiquitica”, vendría a Chinchilla a socorrerla en sus necesidades. A partir de 1787 los traslados procesionales tenían cierta regularidad. Las imágenes venían a Chinchilla en mayo y se devolvían a la ermita en septiembre u octubre. Esto no impedía que en caso grave (heladas, sequías, epidemias) se llevara en otras épocas del año. En 1776 se pusieron los medios necesarios para que María Santísima de las nieves fuese nombrada patrona de la ciudad. Por entonces la imagen era vestida y alhajada profusamente.
En el siglo XIX Álvaro Mendizábal vende la ermita al marqués de Salamanca y después al marqués de Larios quien la posee en la actualidad. Entonces el Ayuntamiento de Chinchilla, invocando el derecho sobre el patronato, trasladó la imagen de la Virgen al templo parroquial donde se depositó bajo la custodia del cabildo. En 1899 se creó la asociación de la Virgen para acrecentar su devoción. Entonces se habilitó en el retablo mayor de la parroquia un camarín para la imagen de la Virgen. En 1900 se le compró un trono nuevo en plata que estrenó en la Soldadesca de ese año.
La Virgen quedará para siempre en Chinchilla. Durante la contienda de 1936-1939 la imagen se salvó de su destrucción guardándose en el Excmo. Ayuntamiento. En 1999 se coronó popularmente por el actual obispo de Canarias don Francisco Cases Andreu, que entonces lo era de Albacete.
FESTIVIDADES
El tercer domingo de mayo se celebra la fiesta de la “Soldadesca” en honor a la Virgen de las Nieves a la que precede un novenario, una ofrenda de flores en la Plaza Mayor a la que acuden los chinchillanos con gran devoción, santa misa y procesión.
Esta celebración parece consecuencia de los traslados de la imagen desde Los Llanos a Chinchilla custodiada por soldados de honor. Esta fiesta se siguió haciendo de forma conmemorativa cuando la virgen permaneció definitivamente en la parroquia. Las otras fiestas son las fiestas patronales que Chinchilla celebra en honor de su patrona su día litúrgico, el 5 de agosto. Actos religiosos y profanos se funden estos días.

ACTUALIDAD
La imagen fue restaurada en 1999 y se cambia de manto cada quince días aproximadamente, pues tiene un guardarropa de casi 60 mantos, coincidiendo con el color litúrgico. Es venerada durante la mayor parte del año en la Capilla de la Comunión salvo los meses del verano (mayo-septiembre) en que se traslada al altar mayor, coincidiendo con el período en que antiguamente residía en la ciudad.
Texto. José Manuel Correoso y José Manuel Albujer Pérez.

LA RESTAURACIÓN DE LA VIRGEN

INFORMACIÓN COMPLETA EN EL BLOG " VIRGEN DE LAS NIEVES "